La odontología es una de las áreas médicas en la que a lo largo de los últimos años se ha venido generando un gran avance no solo en lo que a materiales restaurativos se refiere sino también en cuanto a técnicas y predictibilidad de los tratamientos realizados; aun así siempre debe existir un complemento entre lo biológico y lo artificial ya que la odontología estética y restaurativa moderna no debe fundamentarse únicamente en la apariencia sino también debe ver más allá para lograr equilibrio entre lo saludable y lo armonioso.
En las últimas décadas ha venido observándose cómo el tema de la “perfección corporal” ha ido entrando de manera obligada en la sociedad derivándose a partir de esto problemas como el llamado “Síndrome Dismórfico Corporal” caracterizado por ser un trastorno emocional asociado a la preocupación constante y obsesiva por obtener una apariencia física perfecta creando episodios de ansiedad cuando esta no se logra en donde la cavidad oral no es la excepción. Términos como “blancorexia” (obsesión por obtener dientes cada vez más blancos) no son ajenos y deben ser diagnosticados e inclusive referenciados en el historial clínico.
Si bien una sonrisa armoniosa y agradable a la vista es el objetivo a conseguir durante un tratamiento restaurativo estético cabe anotar que no debe sacrificarse la salud ni la integridad física del paciente para conseguirla y es allí donde el clínico debe servir de guía y ayuda para llevar a cabo un tratamiento integral y ético.